viernes, 25 de noviembre de 2016

Merodeando nuestro interior






*Esa última esbozada mirada
suplicante de auxilio
queriendo en cada pixelada decir ,sin ecos lo que siente...
Caen telones, vuelan alfombras, más el mundo gira...
No caben ya las trincheras, sólo hay ortigas  y tierra,
de sequedad de alma desolada
                          
                          
*¿Quién teme a las inciertas distancias de horizontes?
Uno a uno, como soldados de chocolate
avanzamos
desfallecemos
y de la misma tierra absorbemos sensaciones vírgenes, con bríos que incitan nuestra marcha
por donde van y se pierden los horizontes.


*¿Dónde quedaron los fragmentos de tí, el último brillo  de tu sonrisa?
Duro es el sufrimiento que  se contagia  de melancolías por donde se mimetizará
el alma, de adioses como de migas de  olvido
mientras al unísono, extraviada huele tu mirada ...


*Está escrito, allí lejos...en los anales de la historia, el hombre debe decidir.
bogar en los siete mares, las mareas lo llevarán a costas blancas, de transparentes aguas, el sol siempre leal, acomodará sus beneplácitos rayos aguardando su arribo. 


*Nunca me susurraste
nunca me preparaste a estar sin ti...
¿Cómo no acopiárme en un rincón?
¿Cómo no desear correr a cualquier lugar?
¿Cómo acallar tus ojos para no oler mi perfume de dolor?

*Dos coordenadas han encontrado un punto que las entrelaza.
La distancia invita al tiempo, ambos recorren un nuevo camino.
Carece de sentido avasallar con dudas un destino prefijado, la lucha es superflua.
La brisa del viento norte, calmará nuestras ansias de proseguir buscando.

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Autores
Lorena Rioseco Palacios (Chile)
Beto Brom (Israel)

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*Registrado/Safecreative N°1611229880183
*Imagen de la Web con texto anexado
*Música de fondo: DEBUSSY, Suite Bergamasque/Claudio Arrau, piano.



jueves, 17 de noviembre de 2016

Nada es en vano (relato a dos manos)



Nada es en vano. Todo tiene su recompensa en el momento oportuno. La humildad es el sello de los pobres que viven felices a pesar de tantas privaciones. Los anima la confianza, esperanza y la fe en Dios aunado a ese intenso sentido de corresponsabilidad y capacidad resiliente.
Ese es el sino de María Inés quien vive en el campo, en una casona amplia y vieja, testigo generacional, cómoda dentro de la sencillez de su diseño con las paredes oliendo a moho y contrastando este olor, surge el de los extensos jardines y el del establo. Cada uno con sus características y peculiaridades.
Ella de la gran ciudad, se enamoró locamente de Andrés Eloy con quien se casa posteriormente, interrumpiendo sus estudios para ir tras él, en contrastante medio físico, costumbres, tradiciones, dialectos, manera de subsistir. Han pasado varios años mientras se iba intensificando su amor, entretenida con la crianza de tres hijos a los que se ha entregado y el cuido de animales: cuatro perros fieles, ganado caballar, porcino, ovino, caprino y sus huertos que permiten economizar y consumir alimentos frescos y sin químicos.

En el fondo es feliz, acostumbrada a ese cambio de vida tan brusco, pero a veces, en esas tardes silenciosas en que los búhos duermen, las reminiscencias de un pasado que hoy parecería tan lejano, vuelven en ráfagas de nostalgia, que en momentos llegan provistas de la pregunta, siempre latente...-¿mi vida es típica de una frustrada?- Y como lógica, aparecen una serie de escenas de su estadía en el gran mundo...vivencias de estudiantes...en fin, una carrera truncada por el destino guiado por directivas de su corazón.

Los ladridos de sus perros se hacen escuchar, sin duda alguien extraño se acerca a la casa, está sola, los chicos en el colegio, Andrés viajó al pueblo; apresura el paso hacia la puerta de entrada para averiguar de quien se trata.

Al abrirla se encuentra con una mujer mayor, muy bien ataviada, con ropa elegante, muy a la moda, aparentemente.

-Me disculpo por la molestia, María Inés, sólo unos momentos de su tiempo, si es tan amable.

-Buenos días, ¿con quién tengo el gusto?

-Ahh...perdón por mi falta de respeto, soy Elisabeth Sosko, usted no me conoce, mejor dicho con seguridad no me recuerda, los años no perdonan, llego en nombre de la Asociación de Profesores del Instituto Premier, donde cuando era usted jovencita cursaba sus estudios de literatura y que de un día para otro abandonó para seguir a su novio y formalizar una familia, que de acuerdo a los datos que he conseguido recoger, hoy está adornada con tres hermosos niños. Y el motivo de mi inesperada visita es para conversar y traerle una muy interesante propuesta, ¿sería posible que sea ahora?

-Pase... pase... adelante profesora, mucho gusto, la verdad que no la recuerdo, han pasado tantos años y perdí completamente el contacto hasta con mis compañeros de estudio, cada quien en su rumbo y el mío está bastante alejado, sencillo, prácticamente incomunicada, apenas lo que veo por televisión, usted debe imaginarse como es la vida campesina, el afán que trae pero también tiene sus compensaciones... Siéntase cómoda, ¿Gusta tomar un café?

-Oh... bueno, si no es mucha molestia, la verdad que no me caería mal, je,je,je

En el espacio abierto de la casa, ambas se miraban disimuladamente. Desde la cocina, la anfitriona conversaba y trajinaba preparando el servicio prometido.

-La verdad que me intriga, ¿que en verdad la trae por aquí?, ¿por qué recorrió tantos kilómetros para buscarme?

-Bueno la verdad que debe estar intrigada y curiosa, pues entiendo que usted era buena en Literatura.

-Sí, era un área fascinante, me encantaba escribir mis cosas, lo que sentía, lo que contemplaba a mi alrededor, todo, mejor dicho, hasta lo que redactaba a petición de mis compañeras de estudio, del sector donde vivía y pare de contar.

-Le comento que leí muchas de sus inspiraciones que quedaron en archivo porque usted se retiró apresuradamente y quedaron muchos borradores suyos en su archivador.

-Es verdad, luego lo lamenté, pero ya no volví más a ese Instituto.

-Bueno, de eso precisamente, le vengo hablar. ¿Recuerda que hubo un concurso de novelas cortas en el que usted se inscribió?

-¡Si claro!, dejé en borrador la mía. A ver, a ver... ah... ya sé, se titulaba Ecos del Alma...

-Es verdad... ese era el título, muy buena su memoria; continúo explicándome: resulta que estamos en el año en el que conmemoramos los primeros cincuenta años de nuestra institución, y entre las actividades organizadas se encuentra la edición de una antología con los poemas y cuentos ganadores en los concursos que se realizaron en todos estos años.

-¡Que lindo!, buena idea, pero... ¿vino especialmente para ello o es que hay algo más que debo enterarme?

-Por supuesto que tengo algo muy importante que comunicarle, su relato salió ganador de aquél concurso y además fue destacado entre todos los demás, y por ello se ha hecho merecedora de una placa recordatoria, que se le entregará en el acto especial que se efectuará en el Salón Dorado. Aquí le entrego la invitación para el evento.

María Inés, quedo asombrada, tomó en sus manos la tarjeta y no daba crédito a lo allí escrito.

-No salgo de mi sorpresa, después de tantos años se me recuerda...y en que forma, no sé como agradecer... ¡por supuesto que allí estaré!, y es más, deseo que me acompañe mi marido y mis hijos, ¿es posible?

-¡Claro que sí!, serán bienvenidos, también una ocasión propicia para que sepan de su vida durante estos años de ausencia.

Charlaron un buen rato, el tiempo discurrió amenamente. Cuando menos se acordaron empezó anochecer y la profesora Elisabeth se despidió apresuradamente, nerviosa porque no le oscureciera mucho en la carretera.
-¿Y porque no se queda y se va mañana tempranito?
-No puedo, tengo compromisos a las siete de la mañana.
Se fue agitando la mano con una espléndida sonrisa en sus bonitos labios.
María Inés se quedó observando el coche hasta que se perdió en el horizonte. Luego entró alegre a su casa y se sentó en una mecedora a pensar en tantas cosas y en lo que le depararía el reencuentro con sus viejos amigos.
Al llegar su esposo, sacudió sus pensamientos y amorosamente lo besó en los labios... le dijo: -¡te tengo una tremenda sorpresa!
Una vez, enterado de todo, también se contentó, la felicito y animó a realizar el viaje. Era un esposo especial, comprensivo y complaciente. Por eso, no se arrepentía de haber dejado su gran ciudad. Él adujo que así tendrían unos días de vacaciones que bastante falta les hacía.

El día acordado, partieron emocionados al encuentro de una nueva e inesperada vivencia, confirmadora del adagio que reza que "La Vida es una cajita de sorpresas"
Todo fue más emotivo que lo que había querido o imaginado. No salió de un asombro para enfrentarse a otro. Era increíble como todos la recordaban, tanto compañeros, como profesores, inclusive le costó separarse de su íntima amiga, de aquellos días, Graciela, el abrazo duró y duró...
La ceremonia de entrega de premios, fue un cálido reconocimiento, por parte de la Dirección del Instituto, que no escatimó esfuerzos para resaltar el evento.
Luego fue servido un exquisito refrigerio en los jardines. Tiempo especial que fue aprovechado por el alumnado para intercambiar direcciones y números de teléfono.
En eso estaban cuando un joven se acercó al rincón donde María Inés y su familia charlaban entre ellos.
-¿Me permite unos segundos Sra.?
-Ud. dirá...
-Muchas gracias, aquí tiene mi tarjeta, la cual me acredita como representante de la Editorial Kavana, y desearía hacerle una propuesta.
Tanto ella como su marido, quedaron asombrados...
-¿En qué consiste tal...propuesta?
-¿Muy simple, Sra., me explicaré en pocas palabras, pertenezco al Departamento de Escritores Noveles, es decir, nos encargamos de encontrar o mejor dicho descubrir, nuevos escritores o poetas aún desconocidos, que creemos que podrían llegar a ser conocidos y hasta...famosos.
-Hasta ahora, todo comprendido, pero ¿dónde me ubico en esta "búsqueda"?
-Después de leer, en los archivos del Instituto, varias de sus creaciones, hemos decidido ofrecerle la posibilidad, si es que aprueba nuestra oferta, de publicar una novela, en la que Ud. escribirá sobre su vida en el campo, experiencias, vivencias, en fin un paseo en compañía de sus recuerdos.
-No sé como reaccionar, es más, no sé que responder...
-No es necesario que me dé su respuesta ahora, tome su tiempo. Sea como sea, allí en la tarjeta que tiene en sus manos, está detallado donde enviar mensajes.Debo dejar aclarado, que de aceptar nuestra proposición, y una vez completados todos los requisitos administrativos, Ud., recibirá, un respetable anticipo monetario, como prueba de nuestra confianza y seriedad.
-Esto aumenta mi asombro. En verdad debo analizar, junto con mi esposo, ésta tan casi increíble conversación. ¿Cuándo debo responder?
-Deseamos que su decisión sea afirmativa, por supuesto, y la esperamos una semana, ¿le parece tiempo suficiente?
-De acuerdo, que así sea. Ya me pondré en contacto, se lo prometo. Y debo agradecer desde ya, su gentileza, al igual que a la editorial que lo respalda.

En el viaje de vuelta, María Inés, no paró de hablar, su asombro no tenía límites, la alegría ocupaba todo su ser, y todo ello sumado a las palabras cariñosas de Andrés que no dejaba de felicitarla.
En los días siguientes, no hubo otro tema de conversación en la casa.
Teniendo en cuenta la ayuda de su compañero de vida e incitada por él, decidió comunicarse con la editorial para aceptar la propuesta.
Es más, ya tenía pensado el posible título: "El campo, mi familia, y yo".
En fin, una grata e increíble propuesta a la que le debe poner empeño para triunfar en el nuevo rol de escritora, adormecido por mucho tiempo pero que ahora despierta como si se tratase de un sueño imposible, ahora realizable por la causalidad, suerte, empeño, mérito y habilidad narrativa...las perspectivas son halagadoras... el tiempo dirá lo que sigue... ¿marcará las pautas del éxito?



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Autores

Trina Mercedes Leé Montilla de Hidalgo (Venezuela)

Beto Brom (Israel)




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*Registrado/Safecreative N°1611149817399

*Imagen de la Web con texto anexado

*Música de fondo: Lang Lang/Claude Debussy-La Fille


martes, 1 de noviembre de 2016

Andanzas de una pluma




La luz del candil se desparrama silente sobre el libro, los lentes, la pluma de ganso y el artesanal tintero, rescatándolos del anonimato. 
Por la ventana penetra la belleza de la luna...esa silenciosa pero consecuente compañera de noches blancas.

Mabel tomó la decisión a la siguiente mañana se comunicará con su editor, le informará que no encuentra un tema para comenzar a desarrollar una próxima novela.
Se sintió más tranquila, como si tal decisión habría disminuido el peso que le impedía dormir, algo extraño en ella; no le encontraba razón alguna a tal situación...
Obstinadamente, en forma compulsiva y tenaz, aparecía y desaparecía y le producía un sabor amargo y desestabilizante.
-Debo desentrañar la verdad, se dijo.

Después de finalizar su actuación la Luna se retiró a sus aposentos, el Sol presuroso la remplazó ocupando el puesto en escena, y esta imperiosa continuidad se repitió a través de los días....
Dado que el tiempo corría en su contra, optó por una urgente solución, aunque ello era contrario a su forma de actuar, es decir, sopesar cada paso para evitar posibles problemas.
Llamó a su agente de viajes, solicitándole planear una semana de vacaciones cerca del mar, en un hotel alejado del mundanal bullicio.
El viaje se solucionó con la rapidez del trueno y unas horas después, viajaba en un confortable avión que la dejaría en una –supuesta –isla de ensueño; meditando en ello se durmió hasta que unos ruidos y un fuerte olor a quemado la despertaron.

Por el parlante una azafata llamaba a quedarse tranquilos, pues estaban aterrizando y esto era solo un susto…
Las voces no se acallaron, hasta el aterrizaje…pálidos, desarreglados y enojados los pasajeros empezaron a descender…había solo arena y gaviotas…ah claro también un mar sereno y esmeralda…
Por suerte todo estaba perfectamente organizado; un taxi la estaba aguardando a la salida del pequeño y simpático aeropuerto, para llevarla al hotel elegido.

Al llegar al exótico resort, no alcanzó a descender del vehículo que dos simpáticos muchachos, luciendo floreadas camisas, uniforme del residencial, colocaron pequeños y aromáticos collares de flores alrededor de su cuello. ¡¡Que recibimiento!!... se sintió en las nubes...
Después del chek in, fue acompañada a la habitación, la número once, su número de suerte, que con sólo escuchar su nombre: "Orquídea", incentivó su imaginación y deseó llegar lo antes posible, para comprobar la sorpresa.
El espectáculo era asombroso en perfume y color, se encontró de pronto inmersa en una escena selvática, apartó con delicadeza la cortina de la ventana y una brisa salobre la tocó…y unas lágrimas como golondrinas le bañaron las mejillas y rodaron por el hilado de su blanca blusa.

¿Qué hacia ella realmente allí?
¿Escapaba o necesitaba reencontrarse?
¿Era un narcótico estar allí?
¿O realmente era un elixir para beber gota a gota…o mejor preguntarse si era cicuta?

Tarde o temprano la verdad intenta manifestarse….y allí estaba presente.

-¡¡¡Uf, se dijo-tanto andar para recordar la urgencia de su salida!!!
Dicho esto-, sacó lápiz y papel y empezó a escribir…
-¡Lápiz y papel!- escuchó su propia voz….

Y como imantada por las ansias de volcar en la virgen hoja sus sentimientos, ¿y porque no sus secretos?; su diestra voló en un viaje, quizás cósmico, hasta las más ínfimas partículas de su ser.

Un golpe suave en la puerta de su habitación, la volvió en sí, no entendió en un primer momento donde se encontraba, pero al reincidir los golpecitos recapacitó, y cuál fue su sorpresa al abrir la puerta y encontrarse con dos amables mozos del hotel trayéndole...un ramillete de gardenias y el otro, en una fuente de plata repujada, dos brevísimos aretes de plata y caracolas rematados en rubíes.
Aún inmersa en la bruma de lo recientemente vivido, sonrió atontada frente a los dos mozos que, con cierta picardía seguían sus gestos.

Los miró a ellos y a los regalos… anonadada… ¿Qué era esto?, si juraría que estaban trasmutando en…juglares… ¡si, juglares…si hasta podía escuchar el sonar de sus liras…!
Volvió a mirar todo, tomó el ramo y la fuente y se internó en la habitación…y se abalanzó a escribir…

Después de dos largos días de intensa escritura, sólo interrumpida por algunas comidas esporádicas servidas en la habitación, decidió hacer una pausa en ese aluvión de palabras que la obligaban plasmarlas en las hojas que se acumulaban sobre su mesa de trabajo.

Ante todo se comunicó con su editor para compartir el buen inicio de su nuevo proyecto de lo que creía sería la revelación como escritora.
Luego de expresarle su satisfacción por la noticia, el avezado y viejo editor, no pudo con su curiosidad y se arriesgó a que se le adelantara el tema que ocuparía la maestría de su clienta.

Mabel dudó en contestar...pero la insistencia de su promotor, no le dejó otra alternativa, y en forma pausada y estudiando cada palabra le reveló...
Carraspeó para acomodar la voz y con desgano empezó a contar…
En realidad se me hace difícil, casi imposible…bueno aquí va…Es casi mágico como me embarqué a esta isla perdida…. ¡tanto!, solo bastó colocarme frente al mapa de la compañía y con los ojos cerrados ubiqué un lugar…sorprendidos empezaron a realizar los pasajes…era una isla perdida en el pacifico y sin accesos cómodos, pero un pequeño hotel maravilloso.

Dormí, soñé…en ellos se repetía la entrega de un ramo de flores y los aros de caracolas…
Cuando los recibí, una catarata de imágenes me atrapó y empecé a escribir…mientras una densa nube de personajes, aromas y sonidos me rodeaban.
Una mujer comenzó a hablarme y mostraba una belleza incomparable y fuerza incomparable y comenzó a hablarme; vestía de caracolas y su voz era del sonido del agua…y con ella me perdí en el fondo del mar…navegué en la nube…fueron momentos increíbles…pues llegué al centro de la tierra y todo su esplendor…hasta donde reside la sabiduría del planeta…no puedo decirte más….

El más que asombrado editor, no creyó escuchar bien...dudó si manifestar su sorpresa ante tal torrente de emociones, o ser simple oyente y no perturbar el énfasis de la escritora...optó por lo segundo. -Me tranquilizan tus palabras, Mabel, muy contento que ese lugar te permite desenvolver tus aptitudes y poder expresar tus sentimientos, no molesto más, quedo ansioso de tu vuelta-
Los siguientes días transcurrieron como ráfagas de aire caliente, las hojas se amontonaban, no hubo diferencia entre noche y día...hubo momentos que el cansancio venció el descarrilado impulso de escribir y escribir...

Una mañana comprobó que era su último día de permanencia en el hotel, y luego de preparar el equipaje, decidió salir a dar un paseo por la isla, hasta la hora de su salida para llegar a tiempo al aeropuerto. Pidió un taxi y solicitó al chofer realizar un pequeño recorrido por las cercanías y así llevarse un recuerdo de ese paraíso.

La brisa le revolvía el pelo…tomó, saboreó, tactó cada partícula…esas partículas que le volvían salobre los labios, le iluminaban la piel, y quiso tatuar todo en las retinas… ¡Cuánto había visto y vivenciado en este lugar!
¿Serían suficientes sus escritos para trasmitir tantas emociones y experiencias?

Al bajar del taxi, miro por última vez el verde profundo de las aguas…esas que tantos secretos le habían confesado…y una duda la asaltó ¿había vivido o soñado? De inmediato se dijo ¡real!

El trámite fue rápido, volver a la civilización le angustiaba. Llegó al aeropuerto y el editor la esperaba…hubiera querido no encontrarlo…era como un golpe seco al ser...

Le costó horrores volver a la normalidad, no se encontraba así misma...su mente aún mantenía olores del mar...quiso recapacitar y tomar las riendas para volver a encauzarse en la vida acostumbrada, esa vida que hoy, le resultaba sosa, sin sentido, amorfa, como si sería una extraña en su propio cuerpo.

No obstante la dificultad de retomar el ritmo, decidió, luego de varios días de correcciones, agregados y cambios, dar por terminado su nuevo hijo literario. Ahora solo debería encontrar nombre con el cual saldría al mundo. Y para ello, recurrió a su queridísimo editor.
...¿Un nombre?...
-¡Si un nombre, pues son tantas las emociones que he pasado que no logro sintetizarlas para un título!

El editor por unos instantes quedó entrampado en lo que escuchó y luego…con un hilo de voz le respondió…

-Muy asombrado con tu pregunta, en años de trabajar en conjunto, es la primera vez que consultas conmigo sobre el título de tu creación, hummm...que raro..., pero sería un orgullo, para mi persona, ayudarte en este tan importante detalle...sabes que, se me acaba de ocurrir una idea...creo que el más apropiado, teniendo en cuenta tus correrías aventureras por lejanas tierras, sería: "Andanzas de una pluma", ¿qué opinas?

-¡¡¡jajaja!!! Gracias....no puede ser más gráfica...jajaja…


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María de los Angeles Rocatto (Argentina)
Beto Brom (Israel)

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*Registrado/Safecreative N°1610279567181
*Imagen de la Web c /texto agregado
*Música de fondo: Shostakovich / the Gadfly-romance